EL MISTERIO DEL MUGIDO DE LA MOMIA






Érase una vez un faraón del antiguo Egipto que, cada tarde, visitaba la pirámide donde yacía su amada, convencido de que, algún día, ella volvería para estar junto a él.

Sentado en un escalón de piedra junto al sarcófago, le contaba todo lo que había ocurrido durante el día.

Una tarde, en una de sus visitas, notó que algo se movía dentro del sarcófago. Pensó que su amada tenía vida y se hallaba allí encerrada. Comenzó entonces su obsesión por abrir aquel sarcófago.
Con ayuda y mucho esfuerzo consiguieron levantar la tapa y allí, se encontraba su amada momificada. Le pareció reconocerla por sus redondos ojos, tan grandes y bellos como siempre, pero ... ¿qué eran esos ruidos tan extraños?

Se oía: ¡ Mmmmuuuuuuuuu! ¡Mmmmmuuuuuuuuuuuuuuu!

Al faraón le podía la curiosidad. No pensaba darse por vencido hasta descubrir si había vida tras esas vendas pero, lo cierto es que comenzaba a dudar de que aquel ruido fuera propio de su amada, siempre tan delicada. Más bien los veía propio de ... ¡parecían mugidos! ¿no?

Tras varias visitas a la momia descubrió caída una de las vendas, de la que lentamente fue tirando, tirando, tirando ...

¡No salió de su asombro cuando sus ojos vieron aquello!

¡No era la faraona! Era, era ... ¿Qué era? ¿Qué había detrás de las vendas?

La momia era ... Una VACA.
Y colorín colorado, este cuento está momificado.
Autora: Lidia Gavira.
Diseñadora de sarcófago: María ramírez Gavira.

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